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Nepal: un país de muchos colores.

Publicado: 2011-10-28

Las calles de Katmandú son caóticas, sucias y si las comparamos con nuestros países podemos decir con un 90% de asertividad, que no tienen futuro de mejorar y mucho menos de cambiar. Soy de Perú, un país que está creciendo, un país en desarrollo y que tiene la esperanza de algún dia ser un puente de desarrollo entre los otros países de Latinoamérica; estamos en buen camino de crecimiento concreto, además con la esperanza de seguir creciendo dia a dia, erradicar la pobreza con pasos  firmes, luchar por la igualdad y descentralizar nuestros recursos a todo el Perú.

Hablando de Nepal, uno de los países con una historia invaluable, con gente maravillosa, con una cultura única, con costumbres asombrosas y que actualmente está en el año 2068, se puede decir que parece que aún está en proceso de mejorar o entrando en una etapa de iniciación, cuando caminamos por las calles podemos encontrar, contaminación de todos los tipos, carros viejos que lanzan el peor humo contaminante, basura en las calles de toda clase, desmonte de construcción, mendigos de todas las edades, niños drogándose, fumando, bebiendo, todo tipo de pobreza que te eriza la piel de solo sentirlo y mirarlo.  El sentirse frustrado de no poder ayudar a todos en un solo instante y dejar pasar el dia pensando en ellos.

Katmandú es la capital de Nepal; los seres humanos que viven en ella y habitan todo este hermoso territorio son más que hospitalarios y amables; siempre tienen una sonrisa en el rostro y alma y están dispuestos a ayudarte así no hablen muy bien el inglés, siempre están dispuestos a ofrecerte una mano para lo que necesites; eso es el lado que me encanto más en mi visita a Nepal; ya que al principio cuando llegue me sentí tan extraña y tan mal, pase días sin comer porque me sentía fuera de mis limites, tal es así que  el probar alimentos en la calle, el ir a un restaurante y rechazar invitación para comer de nuevos amigos era pan de cada dia y eso fue lo que hice por más de 4 semanas en Katmandú, solo podía comer lo que yo cocinaba y lo que mi hotel preparaba, sé que suena raro, extraño y hasta estúpido, pero era lo que sentía, hasta que poco a poco empecé a confiar en la gente y probar nuevos sabores y bebidas; todo con un proceso lento y agradable.

Después de todas esas experiencias diarias; salía a las calles de Katmandú con un grupo solidario e independiente de voluntarios llamado Heart Beat, el cual trabaja con niños de la calle, en Perú los llamamos PIRAÑITAS y son aquellos niños que consumen pegamento líquido como una droga diaria; cigarros, marihuana y alcohol se encuentran en su dia y noche, deambulando por las calles bajo la lluvia, comiendo en insalubres condiciones y días peligrosos; estos niños son llamados también INTOCABLES o DALIT, grupo de personas que por estar abandonados en las calles pierden todo tipo de derechos y pierden la libertad de ser llamados  SERES HUMANOS, la oportunidad de un trabajo, escuela, familia y atención.

El primer dia que estuve con ellos y recuerdo claramente que fue un Martes a las 6 de la mañana; me sentía con miedo porque era la primera vez que tenía un contacto directo con estos niños; estuvimos juntos por 2 horas; hablando, jugando, pintando, escuchando música, tomando fotos, haciendo malabares, COMPARTIENDO NUESTRO TIEMPO, tratando de hacer un dia particular y especial para ellos; sabemos que estos niños no tienen oportunidades a corto plazo, sabemos que tenemos un trabajo duro que hacer, y tal vez de los 10 niños que tengamos solo podremos salvar a 6 o 5, 3, 2 o 1, pero sabemos que si no reunimos esfuerzos y no somos persistentes no salvaremos a ninguno, Tea for Free es un programa de Heart Beat, lo cual busca crear un lazo de confianza y amistad con los niños de las calles, no es un programa grande, no es un evento de miles de personas; es un programa de todos los martes, donde buscamos una conversación con cada niño, para crear un lazo de amistad, logrando así una respuesta positiva para los programas de inglés y computación. Muchas personas se preguntan y dicen que este programa no tiene futuro, porque no es un programa agresivo contra las drogas o que no es un programa de ayuda inmediata, pero a la vez me pregunto lo siguiente: ¿Cómo podemos trabajar con un programa de ayuda más directa, mas agresiva si las personas de Nepal son los que ignoran y maltratan a estos niños?, ¿Cómo podemos trabajar sin la ayuda del gobierno?, ¿cómo podemos trabajar si detrás de una escondida sonrisa hipócrita aún existen las castas en Nepal?,¿Cómo podemos trabajar, si ustedes no ayudan a su prójimo?.

Sinceramente la situación de estos niños en Nepal es triste, pobre y preocupante, Heart Beat busca sacarlos de la nada e insertarlos en la población, sabemos que es difícil, pero no imposible y actualmente tenemos un niño de 16 años que está aprendiendo Inglés, y que está interesado en hacerlo diariamente, él ha vivido 10 años en la calle y ahora quiere  trabajar y estudiar, eso es un logro para nosotros y estamos poniendo todo nuestro esfuerzo en ello.

No todos los niños de la calle están interesados en aprender y en estudiar; por el tiempo que  llevan en las calles han perdido las esperanza de un futuro en su propio país, la esperanza de lograr ser un ciudadano que pueda trabajar, ganar dinero y ser por lo menos respetado, la vida en Nepal es difícil para un ciudadano con trabajo, ganan menos y trabajan el doble, hombres y mujeres trabajan en construcción, en la tierra, de diferentes formas para alimentar a la familia, para un niño de la calle que es considerado una de las ultimas castas, es imposible conseguir trabajo, es imposible ir al colegio, es imposible encontrar un camino y empezar otra vez, a estos niños solo les queda robar o pedir dinero en las calles, una de las técnicas más escalofriantes para hacerlo es lastimándose ellos mismos, cortándose los brazos y mentir diciendo que fue en una pelea o que otra persona lo hizo, pero la verdad es que ellos lo hacen para conmover a las personas y obtener dinero; es increíble lo que pueden hacer las drogas,  te deja sin dolor, sin dignidad, sin amor propio y te obliga a cometer lentamente un suicidio.

Tenemos cada historia en cada niño, cada perspectiva de lo que fue su vida y la mayoría de ellos salieron de casa desde muy pequeños, otros fueron echados de casa, otros solo abandonados en las calles y otros que nacieron en las calles y aún continúan con una vida miserable que llevan o llevaron sus padres, hay algunos niños que hablan muy bien el inglés, hay otros que dibujan muy bien, otros con sonrisas graciosas y otros que simplemente ya perdieron todo talento para ver la vida de otra manera.

Nosotros como voluntarios queremos mostrarles un camino de pequeñas oportunidades, donde las castas no tengan relevancia, donde cada uno de nosotros contribuya con su tiempo, donde cada uno de nosotros tenga la oportunidad de cambiar y cambiarlos. Demostrar que podemos ayudarlos a salir del agujero en el que se encuentran, con un camino largo pero seguro.

Cuando decidimos ser voluntarios, decidimos al instante dar nuestro tiempo, dar parte de nuestra valiosa vida para cambiar en algo las de ellos, para cambiar tristeza por un poco de sonrisa, la idea es Comprometernos y no solo Involucrarnos; recuerdo muy claro la frase de una persona a la cual considero un buen amigo; cuando me explicaba la diferencia entre comprometerse e involucrarse, la realidad no sabía aun la diferencia, pero: te Involucras cuando solo quieres algo de paso, cuando solo quieres experimentar o simplemente pasarla bien y no mides las consecuencias que puedes dejar; sin embargo,  cuando te Comprometes es un entrar decisivo y con una salida que no se avecina de la noche a la mañana, al menos que estés en riesgo de graves consecuencias, por ello considero el trabajo como voluntario un COMPROMISO único en nuestras vidas, donde no estamos para experimentar nuevos sentimientos, vida social o diversión,


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